Nos levantamos y bajamos a desayunar, queríamos ir cuanto antes a solucionar lo del envío a España desde Delhi, para estar a medio día las horas de más sol en el hostel y que no nos pasara lo del día anterior.

Desayunamos donde siempre pero otro plato diferente, probamos a sacar dinero en 30 cajeros, pero de vez en cuando los que sí nos han funcionado deciden no dar efectivo en ese momento, y seguimos hasta la oficina de correos.

Ese día los cajeros no querían funcionar

De camino paramos en una tiendecita donde nos pedían 1520 rupias (19€) por kg para hacer el envío a España desde Delhi, que no es mal precio, sin embargo a Paula no le parecía muy fiable.

La oficina de correos india tampoco del todo, pero al menos era la oficial, y tras un paseo a Fedex y que nos cobraran 5.600 rupias (195€) por el envío total que era como 10 veces más, decidimos no pagar tanto de más por esa tranquilidad, ya que el envío de las cosas tampoco lo valía. Paula lo hacía más por quitarse peso de la mochila cara los próximos dos meses que por lo que hay dentro.

Al llegar a la oficina de correos nos dijeron que 1200 rupias (15€) por kg o 1520 (19€) pero incluía rastreo y eran menos días. La verdad que el precio no estaba mal y estimamos 4 kg, así que volvimos al hostel a por la ropa y buscamos posibles sitios para empaquetado.

Acabamos en uno cerca de la oficina de correos pagando 150 rupias (1’9€) por un espectáculo.  Digo espectáculo porque lo envolvieron en una caja rota, vieja y reutilizada. Le preguntamos si por las etiquetas previas podríamos tener problemas y su solución fue coser durante 30 minutos una tela blanca alrededor de la caja y un pequeño apaño que habían hecho con la solapa de arriba ya que no había tapa y la caja era pequeña.

El resultado final del paquete que enviamos a España

Un show de paquete del que se rió hasta el de correos, ya que además le hicieron escribir los datos con permanente negro a mano sobre la tela blanca, eso si, cosida a mano muy detalladamente.

Finalmente y tras haber preguntado a varias empresas, nos cobraron en total para el envío a España desde Delhi unas 2600 rupias (32’5€) y nos dieron un ticket con un ID para el track, necesitan una fotocopia del pasaporte. Eso sí, no nos dieron factura y se paga en efectivo. Solo nos queda confiar y celebrarlo con dos platos de arroz, uno con habas y otro con queso y pan con cosas dentro, más zumo de piña por la zona de correos.

Tras conseguir el envío y comer fuimos al hostel para las horas de más sol. Tras descansar nos tocaba coger un bus e ir a comprar el billete de bus para mañana a las 11h ir a Agra por fin.

Cogimos el bus por 20 rupias (0’25€), porque nos colocaron el ticket de Paula (las mujeres al parecer no pagan en el bus), en esto hay que estar espabilado, y tras 40 minutos y un atardecer precioso que pudimos ver desde el bus, este nos dejó en un barrio recóndito de Delhi.

Estuvimos caminando por las calles, como siempre buscando cajero por falta de previsión y ninguno funcionaba, y buscando la empresa de buses que Google nos decía que estaba allí, pero que sin embargo nosotros jamás llegamos a encontrar. Ya empezábamos con las cosas raras otra vez.

Fastidiados por el pateo, que se había hecho de noche para ya ir a ningún sitio, por no encontrarlo que eran los billetes más baratos, decidimos fastidiarnos pagar el doble e ir aunque fuera tarde a otro bus a buscar los tickets que eran el plan B.

Tras otros dos buses y 40 min, dos porque el primero era fin de trayecto aunque nos costó entenderlo por culpa del que vende los tickets, llegamos a algo que ya tenía más pinta de estación de autobuses, y vimos los buses Gola.

Preguntamos por la oficina y un chico nos dijo que él era la oficina, yo me reí, pero parecía que iba en serio y le seguimos hasta un coche con 6 tíos alrededor que intentaban entendernos para vendernos los billetes. Asombrados, de nuevo preguntamos si era esa la oficina, la respuesta volvió a ser afirmativa. Por muy turbio que pareciera al final salimos de allí con los billetes de bus por 1400 rupias (17€) los dos de Delhi a Agra, en vez de 600 como en el otro, pero por lo menos teníamos seguridad y aire acondicionado.

Al acabar con los billetes de bus de Delhi a Agra volvimos en un bus en el que que igual que el anterior las mujeres no pagan y a través del cual pudimos ver el Red Fort de noche que era precioso y llegamos para cenar huevos en el rincón de siempre. Luego nos fuimos a dormir.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

Escribir un comentario