Nos despertamos sobre las 9h, estábamos tan cansados que dormimos bastante bien. Teníamos claro que queríamos ir a las mejores playas del mar rojo en Aqaba y que iba a ser un día largo.

Nos arreglamos sin hacer ruido para no despertar a Tariq, que durmió en el salón y su mujer en otro cuarto. Entreabrimos la puerta para ver si estaba despierto y avisarle de que nos íbamos, pero no, así que nos fuimos y ya le mandaríamos un whatsaap más adelante.

Salimos andando por una calle que por la noche anterior estaba muy concurrida, parece que en Jordania hay más vida por la noche que durante el día, ya que las tiendas cierran muy tarde (están abiertas 24h los fines de semana) y abren sobre las 10h, de hecho los dos hosts con los que hemos estado se han acostado muy tarde y parece que la entrada al trabajo era más o menos flexible ya que a las 10:30 Tariq aún estaba durmiendo.

Nuestra idea era pasar el día en la playa Japonese Garden o Beduine Village (una al lado de la otra y son las mejores playas de Aqaba), que estaban un poco más alejadas y nos habían dicho que era mejor porque había menos gente, sobretodo menos gente local que nos mirarían menos (sobre todo a las mujeres) y podríamos estar más relajados que en la playa de la ciudad de Aqaba donde fuimos el foco de atención.

Por el camino paramos en una frutería donde compramos cosas para picar como manzanas, tomates, naranjas y pepinos, que nos costó todo no llegaba a 2 dinars, la fruta y verdura al menos era barata. Y luego nos pedimos dos cafés turcos.

Le pregunté al chico como llegar a la playa de Japanese Garden, el chico no lo sabía pero empezó a preguntar por la calle e incluso llamó a amigos para preguntarle aunque nosotros le dijimos que tranquilo que no se preocupara.

Cómo le dije que queríamos llegar con el menor presupuesto posible casi ni nos cobra los cafés (es que en Jordania son un amor y muy hospitalarios). La gente es maravillosa y te intenta ayudar siempre lo máximo posible, aunque no aceptan un no o un no te preocupes que nos apañamos y tenemos prisa bajo ningún concepto.

Tras el café ardiendo, como lo sirven en todas partes, seguimos hasta una avenida dónde un taxi nos llevó al centro de Aqaba por 1 dinar. Cuidado con los taxistas, asegúrate de que muestren el taximetro y que lo reinicien una vez te subas. Muchos de ellos lo coultan si ven que va a subir un turista o lo apagan y dicen que no funciona. Si es el caso no te subas.

Al poco de ir andando por la calle dos chicas francesas nos preguntaron desde el coche si conocíamos alguna playa. Enseguida les respondí cuáles eran las mejores playas de Aqaba (Japanese Garden y Beduine Village) y que nosotros íbamos hacía allí, así que les pregunté si les importaba llevarnos también si su idea era ir a estas playas. Y amablemente se ofrecieron a llevarnos, lo cual agradecimos porque la otra opción era ir en un autobús que costaba unos 3 dinars (más o menos, aunque no recordamos porque al final no lo llegamos a coger).

Tras 15 min de trayecto llegamos a la playa. Era tal y cómo nos la habían dicho, tranquila, poca gente, buenas vistas y agua cristalina. Además pudimos quedarnos debajo de una sombrilla sin pagar, y menos mal porque el sol pegaba fuerte.

Sombrilla en la playa Japanese Garden

Tras hacer algo de estiramientos, descansar de trasnochar tanto y comprar algo de agua, decidimos que era hora de bañarnos. Aunque es verdad que la poca gente local que había se quedaba mirando (yo les hacía fotos a algunos que miraban indiscretamente en respuesta) se notaba que era playa turística, había más gente en bikini con lo que no hizo falta que Paula se bañara con ropa.

El agua estaba buena, clara, vimos una especie de estrellas muy curiosas que se movían mucho y muchas caracolas. Además haciendo snorkel con las gafas que adquirimos ese día vimos peces enormes y mucho coral. Bañarse y bucear en el mar rojo tachado de la lista.

Aunque habían turistas en bikini, la gente local seguía utilizando sus «trajes de baño»

Tras secarnos, nos fuimos a por una Coca-Cola a un bar que había cerca de unas dunas. Después de hidratarnos un poco volvimos al principio de la playa para ducharnos, ya que no nos queríamos duchar en casa de Tariq por las condiciones en las que estaba su baño. Las duchas en la playa de Garden Japanese eran públicas y gratuitas. Paula se duchó con el bikini puesto por si acaso.

Nos despedimos del Mar Rojo en Aqaba y al poco de salir a la carretera nos paró un colectivo que por 2 dinars cada uno nos devolvió al centro. De vez en cuando también para algún coche para ofrecerte llevarte, a cambio de dinero claro está.

Al llegar al centro buscamos un sitio de pescado fresco para comer, bueno, le preguntamos al conductor y nos llevó a uno dónde el precio no era excesivo y pedimos dos platazos, uno con pescado a la brasa y patatas y salsa de yogurt con el pan típico, y otro filete de pescado rebozado con arroz especiado y salsa. Estaba todo buenísimo y junto con dos aguas y dos coca-colas nos costaron unos 20 dinars.

Pescado fresco del día en la zona de restaurantes cerca del puerto

Al movernos hacia el paseo marítimo nos llamó la atención que en la plaza de la revolución estaban celebrando un montón de gente el día de la independencia de Jordania, el 76 aniversario para ser concretos, con lo que nos metimos entre el bullicio para ver que tal la celebración.

Había mucha gente escuchando el meeting del rey, escuchando música, muchas banderas y con ambiente festero. Luego nos asomamos a ver el atardecer, que era precioso sobre el mar rojo y nos encontramos con que los glass boats también hacían su celebración jugando entre ellos, haciendo trombos, poniendo música a tope e inclinando de lado a lado la barca.

Celebración independencia de Jordania (76ª)

Tras ver el espectáculo se hacía la hora de reencontrarnos con Tariq en el paseo marítimo, así que fuimos hacia allá. Por el camino paramos en un bar frente al mar con luces, música, wifi y más ambiente y aprovechamos para hacer un par de cosas que teníamos pendiente.

Nos pedimos dos té con menta y al rato empezaron los fuegos artificiales. Fue un momento muy bonito porque además se juntó con la celebración de un cumpleaños y había una buena montada. Tardamos un poco más en juntarnos con Tariq y su amigo que nos esperaban ahora en la plaza en la que acabábamos de estar.

Cuando llegamos nos presentó y escuchamos a dos hermanos gemelos de música tradicional bastante famosos en Jordania. Luego fuimos al bar del día anterior a pedir más té y seguir hablando sobre curiosidades.

Le preguntamos por dos parejas de hombres que vimos cogidos de la mano porque nos extrañó bastante la escena en ese país. Nos dijo que a él también le parecía raro, que allí no pueden decir abiertamente que son homosexuales porque los matan.

Nos invitó a que nos quedáramos al día siguiente también en su casa para que siguiéramos con los 3 días de celebración del día de la independencia pero teníamos el itinerario apretado y ya habíamos reservado en el desierto de Wadi Rum una noche en un campamento beduino.

También hablamos del precio de los pisos, que allí el alquiler era mucho más barato que en Valencia y poca cosa más. También nos dijo que habíamos sido sus mejores invitados y volvió a insistir en que nos quedáramos otro día o que volviéramos a Aqaba antes de ir a la India.

A Paula le hizo un regalo por su cumpleaños, un collar y pulsera color turquesa, un detalle muy agradable. Sobre las 00:00 fuimos a su barco a por el bidón de gasolina que necesitaba recoger y luego cogimos un taxi, paramos a por su cena y llegamos a casa.

Al llegar su mujer ya se había acostado, Paula no se encontraba muy bien, así que no tardamos en irnos a dormir, ya que al día siguiente nos esperaba un día muy ajetreado y queríamos aprovechar la experiencia del desierto de Wadi Rum.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

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