Nada más llegar a Gorakpur desayunamos una tortilla y café de máquina de nescafe, que había sido el mejor café que enontramos en la India, ya que todos eran de polvo y sobre todo leche.

Salimos a negociar taxi, pero nos pedían 3000, 2500, el que menos nos pidió fueron 700 rupias (8’8) para llegar a la frontera con Nepal, y fue delante del bus que aseguraba salir a las 7 y llegar en 2h y 30 min por 130 por persona (1’6€), así que por la diferencia de precio y acostumbrados a ir en buses de la muerte decidimos confiar y subirnos.

Bus de Gorakpur a la frontera terrestre Nepal

Nos arrepentimos enseguida, por la calor y porque se llenó de personas maleducadas que no hacían más que mirarnos y decirme que subiera mi mochila arriba, cuando aún estaba el bus vacío. Solo se fijaban en los demás para meterse en asuntos que no les importan. Además el de detrás le pilló el brazo a Paula con la ventana al tirarla hacia nuestro lado y no sé molestó en pedir disculpas.

Poco antes de las 8h salimos de la ciudad. Al final llegamos una hora más tarde de los que nos dijeron, pasadas las 10h, entre gritos y señores que escupían por la ventana de delante, o señoras que aunque hubieran 30 asientos vacíos se quedaban pegado a tu lado aunque tuvieras que sujetar encima la mochila. La verdad que tenemos muchísimas ganas de salir ya de la India, ha sido muy intenso y estamos ya agotados de estas situaciones diarias.

Pedimos dos samosas que estaban muy buenas, un plato de pan que se hincha y salsas para despedirnos de la comida india. Encontramos de casualidad la oficina de inmigración india, ya que estaba escondida dentro de un complejo hotelero y a simple vista es difícil de encontrar. Allí revisaron el pasaporte y nos sellaron la salida.

Saliendo de la India

Luego andamos 1 km hasta la puerta de salida de la India y entrada a zona neutra de Nepal. Cambiamos 1000 rupias por 1600 rupias nepalies, aunque en esa zona todo te lo pedían aún en indias.

Pasamos primero por una posta de save children que nos indicó otro sitio donde registraron los nombres en un papel (a la chica la pillamos descalza, manchada de pintura y colgando carteles) parecían más contentos, más desenfadados y menos intensos que los indios al menos. Ella nos indicó el puesto sanitario, donde volvieron a registrarnos y nos hicieron un test de antígenos obligatorio por el que no tuvimos que pagar y que por suerte salió negativo.

Esperando el resultado de antígenos

La siguiente y última oficina nos costó más de encontrar, ya que estaba alejada de todas las demás y alojada dentro de un bar. Igual te ponían el sello que te servían el desayuno. Allí no se aclararon mucho y fue todo muy lento, nos llevó casi dos horas hacer todo. Nos cobraron 122 rupias indias (1’5€) a cada uno por fotocopias de documentos que necesitaban además de pagar en dólares el visado para Nepal, y tras sellarnos el pasaporte paramos a comer arroz con pollo en un restaurante, antes de lanzarnos a preguntar buses y precios.

Precios visa Nepal

Decidimos que era mejor ir hasta el siguiente pueblo y allí preguntar si habían buses nocturnos a Pokhara, ya que si no eran 7h de día que perdíamos.

Nos subimos en un bus por 20 rupias nepalies (0’16€) cada uno que estaba hiper masificado. Menos mal que bajamos a los 5 minutos en el primer pueblo junto a la frontera (Siddharthanagar), aunque en el camino ya hubo un control policial de los muchos que habíamos leído que hay en las carreteras.

Bus local a Siddharthanagar

Cruzamos a la estación de autobuses, y la opción que más nos acopló fue un bus que salía a las 19:30h y llegaba a las 6h am. Tenía aire acondicionado y costaba 1300 rupias nepalí (10€).

Estación de buses Siddharthanagar

Tras sacar dinero, que nos costó encontrar uno porque todos nos cobraban 500 de comisión, compramos los tickets, dejamos las mochilas y fuimos a dar una vuelta para comprar la sim, tomar algo y hacer tiempo.

Pagamos 200 rupias (1’6€) por la sim móvil y una recarga de 5 gb por una semana y fuimos a un restaurante donde nos sirvieron una cerveza enorme y unos momos muy buenos. Los camareros estaban muy encima y atentos con nosotros, pero eran mucho menos agobiantes que los indios. Eso sí, no había agua en el baño y me limpié las manos con agua de la botella que me tiraba una camarera, habían cosas en Asia que no cambiaban.

Nuestros primeros momos

O como el retraso en salir de los buses, ya que tendríamos que haber subido a las 19h y salido a las 19:30h, sin embargo no subimos hasta las 20:35h y salió a las 20:40h.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

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