Dormimos bien, hizo menos calor que en noches anteriores en Delhi y Agra, aunque hacía muchísima humedad. Fue un puntazo que el día anterior nos cambiaran de habitación y pudiésemos hacer el check in tan temprano, ya que llegamos a las 9h.

Apuramos el check out a las 11h, ya que teníamos todo el día por delante para cansarnos de movernos por la ciudad hasta las 00:15h que salía el tren a Gorakpur y de ahí ir a Nepal.

Fuimos hacia una puerta que estaba a orillas del río, hicimos una foto y vimos que mucha gente estaba trabajando ya que la zona estaba en obras, aunque había mucha gente solo mirando.

A otras partes no podíamos entrar porque eran lugares sagrados. Nos explicaron que las hogueras que veíamos eran los rituales de quema de cuerpos de los muertos y que hacer fotos era, obviamente, una falta de respeto. Sin embargo, si pagabas la falta de respeto ya no era tan grande, en fin…

El río Ganges en Benarés

Seguimos recorriendo la costa del río, viendo los templos, otros monumentos en ruinas y como las casas se empobrecían conforme íbamos bajando. En la India existen las castas, y las mejores siempre se ponen al inicio del río y las pobres siempre hacía el final.

Cansados, paramos a por un coco y seguimos andando comiendo cosas de puestos callejeros hasta poder buscar un sitio donde sentarnos, ir al baño (ambos íbamos un poco de diarrea por el picante acumulado de estos días) y refugiarnos del calor.

Comida típica India

Tras comer el último plato de arroz, salsas y pan tradicional de la India y descansar un poco, fuimos bajando la calle que lleva al río, nuestra idea era coger sitio para ver el ritual de cerca esta vez. Aún hacía mucho calor, y como me entraron ganas de ir al baño otra vez, paramos antes en otro sitio a tomar un café y hacer más tiempo.

Pasamos por el hostel a por las cartas y cogimos buen sitio. Llegando nos encontramos a una manada enorme de monos pasando por al lado nuestra y pegando botes tan tranquilos.

El ruido, los pitidos, el carácter intenso de los indios, el olor y la basura, podía llegar a ser muy molestos. Pero nos hacía mucha gracia ver vacas, monos, perros, ardillas, gallinas, cabras, etc. callejeros conviviendo en armonía.

Estando ya quietos sentados esperando que empezará el ritual se pusieron a hablar con nosotros varias personas. Estábamos ya muy cansados, no queríamos parecer maleducados, pero ya nos costaba contestar a la gente que cada dos por tres nos interrumpía sin ningún respeto o consideración. Al lado mío se sentó otro extranjero al que parecía pasarle lo mismo. Y es que la India puede ser pero que muy intensa.

Ritual cada día a las 19h junto al río

Vimos una hora y algo de ritual. Luego fuimos a por las mochilas y por 80 rupias (más peleas con el conductor porque no nos entiende pero te dice que sí a todo y luego te exige lo que le da la gana, que hartos estábamos de estas situaciones) llegamos a la estación, averiguamos dónde llegaba nuestro tren y esperamos viendo Stranger Things hasta que pudimos subir a la charrata de bus con camas incomodisimas y pequeñas.

Tiene asientos de sobra y sin embargo decide sentarse juntito a mí

Nos impresionó la cantidad de gente que había había en la estación y fuera durmiendo en el suelo.

Yo tuve que tirar de mi cama a uno que se había cambiado de asiento. Paula pasó mucha calor a pesar de los ventiladores y tuvo que ir al baño para su disgusto, ya que olía fatal y daba mucho asco.

No dormimos mucho y nos levantamos con dolor de todo. A las 6h llegamos a la estación de Gorakpur.
Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

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