Llegamos a Benarés sobre las 7:22h, yo pensaba que llegábamos a las 9h así que me despertó Paula y tuvimos que bajar corriendo.

Al comprobar la dirección del hostel para llegar, nos dimos cuenta de que no era la que habíamos visto y que estaba lejos del centro. Por suerte pudimos cancelarlo sin coste y reservar otro.

Negociamos tuctuc, pero nos salía más barato un Ola, así que nos acercó hasta el centro, no nos dejó en la puerta ya que parecía ser una calle peatonal, así que andamos por las estrechas y concurridas, pero con encanto la verdad, calles de Benarés hasta el hostel.

Un hombre quiso cobrarnos por supuestamente hacernos de guía hasta el hostel, pero íbamos con el maps y además le habíamos dicho que no queríamos nada.

Nos dieron la habitación enseguida, que aunque el barrio estaba lejos de ser tranquilo, estaba limpio y no del todo mal.

Estación tren Benarés

Luego fuimos primero andando 45 min a la estación de trenes a solucionar la llegada al pueblo fronterizo con Nepal. Por suerte hay un punto de atención para turistas en la estación de trenes y por 800 rupias (10€) conseguimos unas camas en tren para el 21 a las 00:15h que llegaba pasadas las 6h, al menos ahorrábamos la noche de hostel que no eran baratos y teníamos tiempo para pasar la frontera. Eso sí tuvimos que hacer una cola de 1 hora y 15 para pagar y tener el billete. Una cola donde todos se te pegan al culo y se intentan colar descaradamente. Tras el calor y la espera nos volvimos al centro.

Calle principal al río en Benarés

Benarés es una ciudad con un centro muy bonito, mucha vida espiritual, templos bonitos que se alzan entre las casas que hay de todo tipo, desde las más ricas en una parte del río, hasta montones de chabolas.

Estuvimos viendo las tiendecitas de cosas típicas. Comimos comida callejera y nos fuimos a descansar las horas de más sol, hacía mucha calor y humedad y costaba a veces respirar.

Salimos sobre las 18h y nos dimos cuenta de dos cosas: se estaba yendo el sol muy rápido y no queríamos subir a las barcas para el paseo por el río Ganges de noche, y nos faltaba dinero como siempre.

Salimos corriendo en busca de un cajero, andar a esas horas en contra de las masas de gente que ya iban hacía la zona del río era un poco agobiante y estresante. Como teniamos prisa y Paula era incapaz de seguir mi ritmo, decidió esperarme en una transcurrida rotonda pero custodiada por cada vez más policías que se acercaban a hablarle, a preguntarle de dónde era, cómo era la policía de España, etc.

Tardé más de lo esperado, así que tuvimos que correr a comprar flores con velas y negociar una barca por 150 rupias (1’9€) cada uno para dar el paseo en el río Ganges. Para nuestra mala pata, ya que queríamos barca pequeñita para dos y que saliera cuanto antes ya que estaba oscureciendo, nos metimos en una barca que salió casi de noche y llena de gente. Además al preguntarle por bajar no nos dejó.

El paseo fue tranquilo por las orillas del río, al menos de noche podíamos ver todo iluminado y era bonito. Aprovechamos para tirar las cenizas del padre de Paula en las flores y dejar que se las llevara el río, fue muy bonito y simbólico verlo.

En la barca esperando a salir

Luego la barca nos acercó a ver el ritual que tenía lugar en las orillas del río. Al parecer se ponen varios templos en distintas zonas y hacen rituales parecidos. Se acumula muchísima gente y me parece alucinante que eso lo repitan todos los días a las 19h.

Vistas del ritual desde las barcas

Al acabar el paseo en barca que fue sobre una hora, viendo la otra parte tras el ritual y a gente bañarse, que con la contaminación que hay o te mata o te hace inmortal y en eso consistirán las propiedades curativas, arrancamos donde la cogimos, y como pudimos y a empujones subimos a la calle principal para cenar algo antes de irnos al hotel y dormir.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

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