Nos hemos despertado cansados, seguramente de sudar y deshidratarnos toda la noche, lo del aire acondicionado nos estamos dando cuenta de que aquí va a ser importante.

Nos levantamos, trabajamos e hicimos deporte y nos fuimos del hostel a desayunar a algún sitio y luego a buscar donde estaba la empresa de buses barata que habíamos visto por Internet para comprar los billetes de Jaipur a Delhi.

Tras encontrarla compramos por 250 rupias (3€) a las 14:30 el billete de bus de Jaipur a Delhi. Ahora estamos esperando en un restaurante, justo al lado, donde hemos pedido un plato de arroz con pan y té negro por 120 (1’5€) rupias.

Nos han dicho que Delhi es la ciudad más caótica de la India, así que no sabemos cuánto tiempo dedicarle pero hemos adelantado un día Agra para poder llegar a Nepal antes. 

Hemos contactado con un host de couchsurfing  que nos acaba de mandar un textaco sobre el sitio que todo tiene su nombre y su explicación espiritual de dos páginas y estamos pensándonos mucho si reservar un hostel o qué, porque nos da una espina rara, que los hindúes son muy peculiares en nuestra experiencia. Finalmente, él fue quién declinó nuestro hospedaje ya que Carles no le había avisado del cambio de día de entrada del 12 al 13 y no le pillaba muy bien hacernos la llamada previa a hospedarnos ese día, ni tener invitados al día siguiente. Creo que nos libramos de una buena.

A las 14:10h vino el bus. El bus iba a reventar, hasta en las camas de arriba iba gente sentada o tumbada con desconocidos. Más vale tener los billetes comprados de antemano para asegurarte el asiento. Hacía un calor horrible que solo se pasaba cuando arrancaba e iba por autovías, no por ciudad que no avanzaba nada. El viaje duró unas 6 horas con una parada para comer algo pasadas las 15h.

No había enchufes ni nada, así que tras reservar un hostel, escuchar música y demás no teníamos mucho que hacer y se nos hizo un poco pesado. Eso y no poder estirar las piernas. Creemos que es mejor viajar 5 – 6 horas de día en tren que tienes más espacio y  movilidad y las noches en el bus, o la próxima vez directamente cogeremos cama.

Llegamos casi a las 22h de la noche a Nueva Delhi, a simple vista y de noche tampoco nos pareció tan caótica como nos habían dicho que sería, al menos no tanto comparado con Bombay.

No hubo manera de entendernos bien con el conductor de bus y no nos dejó donde habíamos acordado, así que negociamos un tuc tuc que nos dejó en un barrio con vidilla y comida nocturna.

Que bien que estuviera el hostel allí por tener esos servicios, lo malo fue cuando buscando el hotel, que no aparecía porque ninguno de los mil que habían en esa zona se llamaba como el nuestro pese a haber estado en la ubicación exacta, varias personas nos dijeron que era peligroso estar por esa zona y que lleváramos cuidado con las cosas.

Tras preguntar al sitio de la ubicación, nos dijeron que era allí, pero nos tuvimos que recorrer de nuevo la calle y jugarnos la vida (por el caótico tráfico) cruzando a la de enfrente acompañados por el hombre hasta otro hostel.

El hombre insistía en que le pagáramos ya, pero no funcionaba ningún banco, así que a regañadientes accedió a que le pagábamos al día siguiente.  La habitación era como todas, vieja, sucia, sábanas rotas que nos costó hasta que nos dieran otra, ventilador pero aire acondicionado por 500 rupias (6’1€) más la noche que no cogimos y luego me arrepentí ya que no dormí bien por el calor y la sudada ninguna noche (que asco da ser pobre).

En fin, ya estábamos en la capital de la India, habíamos superado el trayecto en bus de Jaipur a Delhi y ahora tocaba descansar para mañana visitar la ciudad.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

Escribir un comentario