A la mañana siguiente pagamos y nos despedimos agradecidos, se habían portado muy bien con nosotros en ese sitio por primera vez y fuimos a la estación directos. No admitíamos error posible y estábamos emocionados con irnos ya al siguiente destino.

Desayunamos algo blanco que fue lo primero que no le acabó a Paula del todo y que costaba 30 rupias (0’36€), pedimos arroz para llevar por 50 (0’61€), una tortita por 10 (0’12€) que me gustó del otro día, café y té.

Enseguida localizamos la estación y donde estaba el tren y esperamos a subir. Mientras esperábamos yo conocí a un joven muy pesado que no paraba de seguirnos. El tren no estaba mal en 2S, los asientos no eran del todo incómodos, nos tocó mesa y al menos tenían ventiladores aunque seguía haciendo mucha calor.

Tren en la India en segunda clase

Mirando por la ventana parece una ciudad postapocaliptica, no cuidan nada, son unos guarros, está  todo lleno de basura y la verdad es que todo huele bastante mal. Los edificios están medio en ruinas y solo hay 3 o 4 que parecen más modernos. Por otro lado, la gente que es simpática se pasa de pesada, de no guardar distancia de espacio personal, tocarnos todo y falta de civismo.

Llegamos a Aurangabad sobre las 18:35h, fuimos al baño, muy a nuestro pesar porque dan muchísimo asco y fuimos directamente a preguntar a la estación de trenes por nuestro siguiente destino, Jaipur, y que no nos pase como con el de Bombay a aquí. En la oficina de turismo que es la única ventanilla que dejan en funcionamiento para extranjeros nos intentó colar el asiento reservado para turistas por más de 2000 rupias (24’29€) cada uno porque era el único que tenían disponible. Ni siquiera era para Jaipur ya que había que hacer escala en Agra. Decidimos esperar y preguntarle al host que nos estaba esperando en su coche cerca de la estación.

Resultó ser cirujano, muy moderno y muy majo con el que te podías entender perfectamente en inglés. Fue muy majo y nos llevó a otra oficina de trenes. Preguntamos y nos dijo que sí que tenían, para dentro de 2 meses. Que teníamos que reservarlo con mucha antelación y que la única cosa que podiamos hacer era comprar el billete de tren de turista y dejarnos una pasta. De nuevo en una encrucijada.  Hablando nuestro host con ellos y mirando por internet decidimos intentar mirar la opción del bus.

Nuestra cama en casa de nuestro host de Couchsurfing

Fuimos a su casa, la verdad que para todo lo que habíamos visto estaba de lujo, dos habitaciones grandes, baño bien, salón, bastante limpio. Dormíamos en una cama grande y con ventilador. Hablamos un poco con él, pero teníamos que mirar con urgencia los tickets porque visto lo visto tenía pinta de que se iban a acabar pronto. Intentamos comprar billetes de bus directos a Jaipur pero no había y el host nos dijo que la opción que teníamos era hacer una parada en Indore, que merecía la pena sobre todo también por la comida callejera. Nos pareció buena idea para despejar de 24h de tren, hacer 12h y 9h de noche y así ver otra zona y estirar las piernas para que no se nos hiciera tan pesado.

El bus nocturno de Aurangabad a Indore nos costó  en total 1600 rupias (19’43€) los dos en bus con cama de no muy alta gama hasta, y luego de Indore a Jaipur 1300 rupias (15’79€) en camas también sin aire acondicionado. El tren en India es mucho más barato, pero esta alternativa no estaba nada mal.

Tuvimos mil problemas con los pagos por Internet con tarjeta a través de la aplicación de RedBus (que es donde está el comparador de viajes en autobús en India), por lo visto ellos lo hacen todo a través del móvil.

Nuestro host se ofreció a pagárnoslo y que se lo diéramos en efectivo y como estábamos tan apurados aceptamos la oferta, no queríamos que nos pasara como con el tren por esperar a mañana a ir a la estación. Una vez gestionado ese problema, pidió cena , una verdura rebozado, pan con una especie de albóndiga en salsa india, pan con ajo que estaba delicioso y también una sopa con huevo de la madre.

Nuestra cena con cosas diferentes a las que habíamos encontrado en Bombay

Nos enseñó cosas del circo que aprendió en cuarentena, nos presentó a su novia por videollamada que estaba viviendo actualmente en Pune y estuvimos hablando, del covid, de su cultura, de las relaciones, el matrimonio y la religión hindú.

Nos preguntó por el tema de la bisexualidad en España, le dijimos que muy bien y nos contó su movida, su novia tenía novia, que era a la vez la mujer de su mejor amigo. Claro imagínate el drama que supone eso en India para las familias y todo.

Tras un rato más de charla muy interesante y satisfacer gran parte de nuestra curiosidad sobre la India nos fuimos a descansar, había sido un día largo y la anoche anterior fue bastante dura, así que por muy bien que estábamos con nuestro host no pudimos hacer otra cosa que ir a dormir.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

Escribir un comentario