Dormimos bastante bien, pero nos levantamos ya cansados, los dos coincidimos en que queríamos salir ya de Bombay, nos había impresionado mucho las peculiaridades de la ciudad y la gente, el bullicio, el tráfico y un poco el caos, pero estábamos seguros de que merecían guardarse días para otros puntos de la India.

Teníamos pensado ir en ferry a las Cuevas Elefanta que estaban en una islita a 1h o así de un ferry que sale desde la puerta de la India y cuesta 260 rupias ida y vuelta (3’13€). Pero primero teníamos que asegurarnos de tener el billete de tren para esa noche irnos a Jaipur en una cama del tren.

Pero al llegar a la estación de trenes, al punto de atención al turista (sí, en las estaciones de tren hay un punto de atención al turista donde te ayudan a obtener los billetes de tren que necesitas) esto no fue posible ya que se habían agotado, muy a nuestro pesar, que queríamos salir ya hacia el siguiente destino. Ya nos habían dicho que se llenaban enseguida y que había que reservarlos con mucha antelación. No quedaban en ninguna de las clases y eran 8 horas casi de tren así que era una putada no haberlo podido coger.

Finalmente, barajando otras opciones, nos dimos cuenta que cerca de Aurangabad teníamos dos puntos de interés turístico en el mapa compartido de Google que nos habíamos hecho con todo lo que había que ver en Asia. Se trataban de las cuevas de Ellora y Ajanta.

Además, era un destino que podría ser intermedio en nuestro camino a Jaipur y tal vez desde aquí tendríamos más suerte con los trenes, aunque arriesgado, decidimos comprar por 780 rupias (9’37€) los dos billetes de tren de Bombay a Aurangabad en segunda clase para el día siguiente.

Nos impresionaron las colas, eran inexistentes, la gente se amontonaban, se empujaba, no tenían ningún tipo de miramiento cívico, se colaba delante tuya con total descaro para ser atendido primero y todo tipo de cosas así. Ninguna deferencia hacia otras personas.

Ferry a las Cuevas Elefanta desde la Puerta de la India

Cambiamos un poco el planning y nos fuimos con calma a las Cuevas Elefanta, cuya entrada tras el ferry fue de 600 rupias (7’23€) cada uno. Al bajar del ferry al que también subimos a empujones y porque nos colaron, había un montón de puestecitos de comida y cosas bonitas, también un tren que te avanza un poco el camino, pero que a nosotros no nos merecía la pena y seguimos andando.

Entrada a una de las Cuevas Elefanta

Durante un tramo con escaleras la gente se apelotona muchísimo. Habían vacas sueltas tirando papeleras, cabras y monos!. Ya tuvimos el primer episodio gracioso con un mono ya que mira que había gente pues fue directo entre la multitud a por mi porque llevaba una mazorca que me acababa de comprar, y tras enseñarme los dientes se la tiré sin pensarlo dos veces.

Cuevas Elefanta Bombay

Las cuevas se ven en menos de una hora si eres rápido (como nosotros)  ya que a pesar del montón de gente se ven rápido. Son curiosas, pero tampoco merecen la pena venir si tienes poco tiempo o presupuesto muy ajustado (hay cuevas mucho mejores como las de Ajanta o Ellora). Merece más la pena por las vacas y los monos que por otra cosa.

Suciedad Cuevas Elefanta (y en la India en general)

Tras volver de nuevo en el ferry y reservar otra noche de hotel cerca de la estación, cogimos un bus por 10 rupias (0’12€) cada uno a otra parte de Bombay que no habíamos visto. La gente no suele entendernos y a mí me perturba mucho un gesto que hacen al hablar muy raro con la cabeza, la ladean mucho y no entiendo por qué.

Hay mucha gente por la calle que te pide dinero o comida, nosotros de vez en cuando a los niños que nos piden comida les compramos algo.

Tras esperar el bus casi una hora, negociamos con un taxi que nos llevara por 150 rupias (1’8€), que era un timo y todos lo sabíamos, pero no queríamos esperar más que se nos estaba haciendo tarde y aún teníamos que cambiar las mochilas de hostel.

Tras media hora de taxi, con un tráfico horrible y tras haber recorrido otro barrio y playa de Bombay llegamos al Haji Ali Dargah. Como todo, estaba muy masificado, tanto que costaba andar por las calles. Seguimos en manada por un pasillo que llevaba a la pasarela donde estaba el mausoleo. No pudimos llegar al final de tanta gente que había en la pasarela, no sabemos si porque era domingo, si porque se acercaba la hora de culto, o si siempre era todo así en la India. Pudimos verlo de lejos y como el sol bajaba entre una playa masificada y sucia.

Haji Ali Dargah

Salimos por el otro lado y pudimos ver un mercado y otro centro de culto al que estaban entrando con ofrenda de flores, cocos y cestas. Fue muy curioso ya que todo olía a incienso,  sonaba la música típica y suave de flauta hindú y todo el mundo dejaba los zapatos en un sitio fuera del mercado. Tras eso, compramos algo de fruta para la noche y andamos un rato hasta la parada de un autobús que el google maps nos indicaba que nos dejaba en el hostel. Tardó menos que el anterior en pasar, pero tardamos casi una hora por el tráfico que había.

Cuando pagamos los tickets el chico nos dijo que no era ese autobús,  de nuevo no sabemos si no nos entienden o no les gustan los turistas. Finalmente bajamos en una parada cerca y de camino pedimos un agua de caña y unas alitas de pollo en un sitio por 90 rupias (1,08€) que nos decepcionó un poco.

Al llegar al hotel pasadas las 21h, donde habíamos dejado las mochilas para poder pasar el día tranquilos, nos tocaba reclamar la cascada de agua que teníamos con el aire acondicionado de la noche anterior. Al principios el que nos atendió dijo que no nos devolvía las mochilas hasta que no pagáramos lo que nos faltaba. Pero yo le dije que no solo no iba a pagar lo que nos faltaba, si no que nos tendrían que devolver lo de la noche anterior.

El tipo que nos atendió llamó al dueño un par de veces y tras eso nos perdonó solo lo que faltaba (unas 400 rupias). El tipo de recepción se portó bien, nos dijo que encantado de conocernos y que volviéramos medio riéndose, le pedimos perdón por el momento y dijimos que no era culpa suya y el dijo que nos entendía, así que finalmente salimos amistosamente con las mochilas hacia el otro hostel.

El otro hostel estaba cerca y llegamos en 10 minutos, nada más llegar a la puerta nos llevamos la primera sorpresa, no aceptaban mujeres en el establecimiento. Cancelamos la reserva un poco sorprendidos porque era bastante tarde y el tipo del hostel nos acompañó a otro donde nos querían cobrar 3000 rupias (36€) por habitación una noche. Como no íbamos a pagar eso solo para dormir unas horas decidimos buscar otro agradecidos al menos porque se hubiera preocupado de reubicarnos. También llamó a otro más barato pero no aceptaban tampoco mujeres y otro estaba todo ocupado.

La verdad es que nos sorprende el tema de las mujeres, se comportan un poco raro: si está Paula sentada los hombres no se sientan cerca, ni se suelen apoyar en una mesa si está ella apoyada, y le miran mucho, muy descaradamente.

También el matrimonio aquí es sagrado o parece que realmente importante, así que tenemos que decir que estamos casados si no ni podemos compartir habitación.

Tras despedirnos del hombre empezamos a andar buscando hostels y un sitio con wifi y enchufes ya que tampoco teníamos internet (ya habíamos agotado los 1’5Gb diarios), ni batería apenas. Entramos al Burger King, al McDonals, fuimos hasta la estación de trenes y en ningún sitio había wifi, decimos volver a Burger King aunque sea a cargar un poco la batería del móvil.

Aunque no teníamos internet, así que no pudimos ver booking, airbnb o reservar a través de otras plataformas alguna habitación. Debido a esto, cuando el móvil se cargó lo suficiente decidimos guiarnos con el maps a dos hostels baratos que habíamos visto y estaban cerca. Por el camino vimos una pelea de ratas callejeras, ratas que se asomaban de las alcantarillas y mucha gente durmiendo en la calle. Desde luego estar aquí te hace apreciar mucho lo privilegiado que eres por haber nacido donde has nacido y lo injusto que puede ser el mundo. 

Preguntamos en tres alojamientos más y ninguno tenía disponibilidad, que era mentira ,no sabemos si era por Paula que era mujer, por racistas o por qué, porque preguntamos en uno en el que nos pedían 2000 rupias (24€) por habitación cuando vimos que costaban 760 (9’14€) en la web. Además ni siquiera nos dejaron usar el wifi y nos echaron sin poder buscar otra alternativa.

En otro nos pasó que directamente nos dijo que no había habitaciones libres, cuando había un montón de llaves colgadas. La verdad que no eran nada amables. Por la calle intentamos comprar una botella de agua y no nos dejaron porque el billete estaba un poco roto. Empezábamos a estar cansados de buscar, de la gente, de las mochilas y de las sudadas que nos pegábamos por la humedad y el calor que hacía.

Volvimos a tantear dormir en la estación, pero estaba sucia, con mucha gente, y un policía se nos acercaba a indicarnos que no podíamos estar ahí a nosotros en lugar de al mogollón de gente cenando y durmiendo en el suelo, había meado también por el suelo y a la gente no parecía importarle.

Decidimos hacer un último esfuerzo y encontramos dos hostels más cerca de la estación, lo descarté de entrada al principio porque tenía pinta de caro, pero ya estábamos desesperados y no queríamos alejarnos de la estación mucho, no podíamos permitirnos perder otro tren.

Era más moderno el city hostel y costaba 2400 rupias (28’83€) la habitación, no estaba mal, de hecho tenía mejor pinta que el de las dos noches anteriores, pero era demasiado presupuesto para ser la 1h de la mañana y pasar allí solo 9 horas.

Decidimos preguntar al de enfrente y si no ya valorar si pagar el otro. Se llamaba Empire Royale Hotel y al principio parecía que no existía el acceso. Preguntamos a un hombre de la calle que nos acompañó a la puerta, menos mal que era amable y nos ayudó a despertar al conserje que estaba durmiendo en el suelo de la entrada.

Nos indicó el tercer piso y al subir hablamos con un chico joven que se encargaba de la recepción nocturna. No se enteraba mucho en inglés y otro chico se ofreció a ayudarnos y nos enseñó una habitación con literas, aire acondicionado y toda para nosotros.

Preguntamos por la opción más barata aunque esa eran 970 rupias (11’65€) por persona y no estaba mal visto lo visto ya que el hostel estaba limpio y en las mejores condiciones que hemos visto hasta ahora en la india.  Nos explicó que había otra por 700 (8’41€) cada uno sin aire acondicionado. Como sí tenía ventilador y el presupuesto de esa noche queríamos que fuera lo más limitado posible escogimos la opción barata que tampoco estaba mal y aunque hacía calor era soportable.

Finalmente encontramos un hostel limpio y a buen precio

El chico nos preguntó si estábamos casados, ya habíamos aprendido a que teníamos que decir que sí, así que, muy amablemente, nos gestionó que si dormíamos en la misma cama y usábamos una toalla nos podía cobrar solo una cama. Aceptamos encantados porque con el extra que no pagamos en el primer hotel se nos solucionaba este. Con lo bien que se portaron, lo bien que nos sentó la muy necesitada ducha y lo bien que descansamos para lo barato que nos salió al final , se solucionó un poco la mala experiencia con la gente de aquí en estos primeros días en la India.

Autor

Experto en marketing y publicidad, profesor de secundaria, viajero y bloguero.

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