Esta noche no dormimos, porque el trayecto a la India iba a ser largo y queríamos dormir en los aviones, especialmente Paula. Así que estuvimos en el aeropuerto de Amman, en unas sillas, cargando los móviles, escribiendo y haciendo cosas del blog hasta que llegó la hora de ir al mostrador.
A las 5h estábamos ya los primeros haciendo cola aunque no abrieron hasta las 6:30h. En seguida nos hizo las tarjetas de embarque, pero solo para el primer vuelo, de Amman a Abu Dabi. Le preguntamos e insistimos bastante en las del segundo vuelo ya que teníamos menos de 2 horas para realizar el chek in y no nos iba a dar tiempo. Él nos insistió nuevamente en lo contrario, en que teníamos tiempo de sobra.
No nos fiamos, y algo moscas intentamos hacerlo de nuevo en línea, pero no funcionaba con lo que confiamos en el del mostrador, cruzamos los controles y esperamos hasta que subimos al avión.
El vuelo nuevamente fue tranquilo y fuimos dando cabezadas. Eso sí, salió con 45 minutos de retraso, con lo que tendríamos que ser muy rápidos para salir, pasar el control y hacer el chek in. Pero enseguida llegamos al mostrador y empezamos a rellenar el formulario de salud que nos faltaba ya que nos pedía los asientos y no los sabíamos porque no nos habían dejado hacer todavía el checkin de este segundo vuelo donde te los asignan. El formulario de salud a la india es bastante largo y tedioso, así que pedimos ayuda a la del mostrado, quien pasó de nuestra cara y de repente nos dijo que ya no había tiempo, que habían cerrado la puerta de embarque. No dábamos crédito.
Un chico de los de detrás nos dijo que fuéramos corriendo a la puerta 10. Al llegar allí ninguno de los 3 hombre nos quiso atender y mucho menos el gerente se dignó a atendernos. Nada, no había forma ni presentándoles todos los documentos que necesitábamos y que tanto tiempo habíamos perdido en tener. Nos daban la espalda y ninguno se ofreció a ayudarnos para nada, sentimos muchísima rabia e impotencia, no sabéis cuánta, ya no solo por el dinero de comprar otro vuelo, perder este, lo que nos cueste Abu Dabi etc, si no por el mal trato recibido y la despersonalización de los empleados.
Cuando vimos despegar nuestro avión, y tras perder toda esperanza de llegar ese día a Mumbai, nos pusimos a trabajar en las opciones que teníamos para conseguir llegar a la India lo antes posible sin gastar mucho más dinero. Encontramos un vuelo, también a Mumbai, dos días después, para el día 2 de junio, por poco más de 60€ cada uno, así que los cogimos.
Una vez teníamos clara la vía de escape, perdimos el resto de la tarde intentando reclamar presencialmente a cada una de las empresas que nos habían hecho perder el vuelo; la compañía del aeropuerto de Amman por no hacernos los checkin del segundo vuelo y decirnos que tendríamos tiempo de sobra; la empresa a la que habíamos comprado los vuelos; y la empresa cuyos empleados nos dieron la espalda en el aeropuerto de Abu Dabi.
Pero esto no es la Unión Europea, el consumidor no está tan protegido, y no hubo manera de reclamar presencialmente cuando estábamos en cada uno de los mostradores u oficinas, así que decidimos hacerlo por internet y explorar otras vías.
Cuando acabamos ya era tarde, y no encontramos ningún bus público que nos acercara a la ciudad, pues cuando fuimos a sacar la tarjeta de transporte público que nos habían recomendado por 30 dirhams (7’75€) no había nadie ya en el mostrador. Como tampoco nos contestó ningún couchsurfing, muy desalentados descartamos salir del aeropuerto porque ya era tarde y la opción del hotel nos rompía más el presupuesto, así que decidimos pasar la noche en el aeropuerto y mañana más frescos adaptarnos y ver todo Abu Dabi. Reservamos un hotel para el día siguiente que calidad precio parecía estar bien y en buena localización para poder hacer esto.
Buscamos un lugar lo más escondido posible dentro del aeropuerto, más tranquilo, con asientos acolchados y enchufes, cerca de unos baños. Y aquí pasamos la noche, todavía en shock, sin creernos lo que nos había pasado ni cómo, sin creernos que tendríamos que estar otra noche más aquí, cuando en otras circunstancias ya estaríamos en la India. Sin saber qué haríamos hasta dentro de dos días, cuando esperábamos por fin poder comenzar realmente con nuestro viaje por Asia.